¿Vivir del turismo o vivir del turista?, la pregunta no representa un dilema si no el norte que le pone a su actividad el comerciante de este sector. O en otras palabras hay empresarios que “explotan el turismo” y otros que “explotan al turista”.
Los administradores del camping sobre Río Quinto ubicado en la Autopista Saladillo están ubicado en ese segundo grupo, de los que aplican altas tarifas y precios, en este caso para el ingreso al predio que tiene un costo por persona de $80 y pagan niños desde los 5 años.
Comparado con otros camping de similares características el costo es alto. Por ejemplo en Renca cobran $20 pesos y niños no pagan. Santa Rosa del Conlara $30 y en la costa en algunos casos cobran $100 y no se paga por individuo.
Si el valor que se aplica en Río Quinto estuviera acompañado por servicios, capaz se lo podría considerar razonable. Pero sólo ofrece al acampante asadores en mal estado, río pero no balneario y sanitarios deteriorados y flojos de higiene. No tiene Wi Fi o al menos no funciona bien.
Muchos llegan sólo hasta la puerta con la ilusión de pasar un lindo momento y disfrutar de las bellezas naturales que rodean a ese río. Pero el entusiasmo llega justamente hasta esa puerta de ingreso al Camping cuando el encargado avisa el precio para entrar.
Es notoria la cantidad de autos que ponen reversa y se vuelven. Todos con la misma queja: “esto es un robo” y tienen razón, una familia con cinco integrantes debe pagar $480 sólo para hacer uso de una sombra.
Las autoridades turísticas de la Provincia deberían poner el ojo en estas situaciones, porque un turista que se siente estafado nunca más regresa.