El Ministerio de Salud lanzó una campaña de comunicación integral para derribar los mitos que rodean al cáncer, brindando información, recursos y testimonios de personas que comparten su experiencia en torno a una enfermedad que puede prevenirse, tratarse y muchas veces curarse.
“Hablemos de Cáncer” es la primera campaña que aborda, desde el ámbito público, la problemática de esta enfermedad en la República Argentina. Esta iniciativa ha sido desarrollada por la Secretaría de Comunicación Pública de la Presidencia de la Nación, la Coordinación de Información Pública y Comunicación del Ministerio de Salud de la Nación y el Instituto Nacional del Cáncer (INC), organismo que también depende de la cartera sanitaria nacional.
Se trata de una iniciativa que el Ministerio de Salud de la Nación, a cargo de Juan Manzur, presentó en el marco del Día Mundial contra el Cáncer, que se conmemora cada 4 de febrero, y tiene como principales canales de difusión la página web www.msal.gov.ar/hablemosdecancer y las redes sociales.
A través de las redes sociales, se convocó a personas que tenían o habían tenido algún tipo de cáncer, ya que se consideró esencial que los mensajes a transmitir reflejaran la perspectiva de quienes más conocían la problemática por haberla vivido. Diez personas de diferentes puntos del país se reunieron en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en dos jornadas intensivas compartieron sus experiencias y brindaron sus testimonios.
“Hablemos de Cáncer” intenta visibilizar una problemática signada por los mitos, por el silencio, por el desconocimiento, por el miedo, por la vergüenza, por la culpa, por el dolor y muchas veces por la discriminación. La campaña nos invita a reflexionar, intercambiar, compartir y conocer más sobre una enfermedad que puede prevenirse, diagnosticarse, tratarse y muchas veces curarse.
El cáncer representa la primera causa de muerte en nuestro país en personas de entre 35 y 64 años. Unas 60.000 personas fallecen al año en Argentina por tumores malignos, lo que representa el 20 por ciento de las más de 300.000 defunciones que se producen anualmente. Cada año se producen más de 100.000 nuevos casos de cáncer, lo que implica, para ambos sexos, una incidencia de aproximadamente 206 casos nuevos anuales por cada 100.000 individuos. La patología puede prevenirse, tratarse y curarse; y aún en los casos en que la cura no es posible, se puede retardar su progresión y aliviar el dolor y el sufrimiento de aquellos que la padecen.
Instituto Nacional del Cáncer
El Instituto Nacional del Cáncer, ente dependiente del Ministerio de Salud de la Nación, fue creado por iniciativa de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner el 9 de septiembre de 2010, mediante el Decreto Presidencial 1286. Es el responsable del desarrollo e implementación de políticas de salud, así como de la coordinación de acciones integradas para la prevención y control del cáncer.
Su principal objetivo es disminuir la incidencia y mortalidad por cáncer en Argentina, a la vez que mejorar la calidad de vida de las personas afectadas. Coordina acciones de promoción y prevención, detección temprana, tratamiento y rehabilitación; así como también la investigación del cáncer en Argentina y la formación de recursos humanos.
Sus actividades incluyen el desarrollo de normativas para la asistencia integral de los pacientes con cáncer; la promoción de la salud y reducción de los factores de riesgo; la definición de estrategias para la prevención y detección temprana; la formación de profesionales especializados y el establecimiento de un sistema de vigilancia y análisis epidemiológico.
Hablemos de Mitos
Hay creencias o ideas asociadas al cáncer que no son del todo verdaderas o son falsas. Revisarlas es fundamental, dado que la información adecuada facilita la prevención.
Principales mitos sobre el cáncer:
Existen yuyos o suplementos de hierbas medicinales que curan el cáncer.
Ciertos pacientes consumen estos productos con la esperanza de que pueden ayudar a curar el cáncer. En realidad, no existen estudios científicos que demuestren su poder curativo. Algunos de ellos pueden afectar la eficacia de los fármacos que los médicos prescriben habitualmente y causar efectos secundarios o interferir con la efectividad de las terapias tradicionales. Por eso, es importante que los pacientes informen a sus médicos tratantes, si los utilizan.
El cáncer es hereditario.
Muchos creen que si un familiar cercano tuvo cáncer, ellos también lo tendrán. Lo cierto es que la mayoría de las personas que desarrollan este tipo de enfermedades, no la heredaron de sus padres ni tampoco van a transmitirla a sus hijos.
El 5-10% de todos los cánceres son hereditarios, es decir, que aparecen por alteraciones genéticas (mutaciones) que se transmiten de generación en generación y de padres a hijos. No siempre las personas que heredan estas mutaciones desarrollarán cáncer, pero su riesgo es más elevado.
En general, la presencia de una mutación predispone a la aparición de más de un tumor y la identificación de estas familias es fundamental para poder prevenir la aparición del cáncer en todos los familiares que estén en riesgo
El cáncer inevitablemente lleva a la muerte.
Tener cáncer no implica sentencia de muerte. Actualmente -gracias a la existencia de diversidad de tratamientos- más de la mitad de los cánceres que se diagnostican de forma temprana, pueden curarse.
La depresión, la angustia y el stress pueden causar cáncer.
El hecho de que una persona esté deprimida, triste o con stress, no genera un riesgo mayor de desarrollar cáncer. No existe ninguna investigación o estudio que demuestre la asociación entre sentimientos o estados de ánimo con la aparición de esta enfermedad.
Los edulcorantes artificiales causan cáncer.
No existen estudios que demuestren que el consumo de alimentos y/o bebidas que contienen sacarina, ciclamato y aspartamo produzcan cáncer.
La biopsia acelera el cáncer.
La biopsia consiste en la extracción -por medio de una aguja o bisturí- de una pequeña porción de tejido del cuerpo a fin de analizar la presencia o no de células anormales (precancerosas o cancerosas).
Algunas personas piensan que a través de una cirugía o biopsia el cáncer puede diseminarse. Por el contrario, estas prácticas se realizan con métodos muy seguros, ya que se extreman las precauciones para evitar que las células cancerosas se extiendan a tejidos sanos. También existe la falsa creencia de que durante una cirugía, el contacto con el aire puede favorecer que el cáncer se extienda a otras partes del cuerpo.
Si los tratamientos médicos no logran curar el cáncer, otras terapias pueden hacerlo.
Las terapias complementarias pueden ser un acompañamiento de los tratamientos que realiza una persona, según las indicaciones médicas. Algunas prácticas, por ejemplo, permiten el control de los efectos que pueden producir ciertos tratamientos o la tensión y sufrimiento que puede causar el estar enfermo. En cambio, otras como el consumo de jarabes o sustancias derivadas de insectos o reptiles no sólo no aportan al tratamiento, sino que además pueden interferir negativamente. Por eso es conveniente hablar con el médico acerca de la posibilidad de su uso.
No hay nada que una persona pueda hacer para evitar el cáncer.
La adopción de pautas de vida saludable (tener una alimentación rica en frutas, verduras y legumbres y reducida en grasas y carnes rojas; desarrollar actividad física regular; evitar la obesidad y el tabaco y disminuir la ingesta de alcohol) reducen el riesgo de enfermar. Algunos tipos de cáncer en sus etapas iniciales pueden no causar síntomas y tienen una alta posibilidad de curación si se detectan tempranamente. Por esa razón, es recomendable la realización de controles periódicos de salud.
Si fumo pocos cigarrillos no tengo riesgo de contraer cáncer.
El riesgo de desarrollar cáncer aumenta a partir del primer cigarrillo que se fuma. De hecho, sólo respirar el humo que exhala una persona fumadora implica mayores posibilidades de contraer enfermedades cardiovasculares, pulmonares y cáncer. La única cantidad segura de cigarrillos es cero. Además, es importante promover el cumplimiento efectivo de los ambientes 100% libre de humo. El tabaco es la principal causa evitable de cáncer, no sólo de pulmón sino de vías respiratorias altas, vejiga y páncreas, entre otros. Las personas que dejan de fumar poco a poco reducen las posibilidades de enfermarse.
El consumo de morfina genera adicción en los pacientes que tienen cáncer.
La morfina es un analgésico opioide que se indica a personas que tienen dolor severo debido al cáncer u otras enfermedades. Su consumo no genera adicción. Cuando el dolor está controlado -porque la causa que lo desencadenó se alivia- puede retirarse paulatinamente.