El alerta lo emite la Organización Mundial de la Salud. La estadística da que muere una persona cada 75 segundos y sale de las 420 mil personas que por año pierden la vida en el globo por la causa mencionada
Un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que 420 mil personas mueren cada año en el mundo a causa de enfermedades transmitidas por alimentos contaminados, lo que se traduce a un deceso cada 75 segundos.
De esta forma, la OMS estudió, por primera vez, el impacto en el orden mundial de la contaminación de los alimentos en la salud humana.
A través de un trabajo de ocho años y realizado por más de 100 expertos, la organización con sede en Ginebra presentó el informe “Estimación de la carga mundial de las enfermedades de transmisión alimentaria”, el primero en estudiar cuál es el impacto de la contaminación de los alimentos en la salud y bienestar humanos.
“Los alimentos son vehículos de microorganismos, bacterias y sus toxinas, parásitos y virus, es por eso que hay hábitos importantes de incorporar para evitar problemas de intoxicación o contaminación, tanto en la compra, en el consumo como en la cocción de los alimentos”, explica la médica nutricionista Andrea Miranda, directora de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI).
En el estudio presentado por la OMS, se indicó que cada año hasta 600 millones de personas de todo el mundo —o casi 1 de cada 10— enferman por ingerir alimentos contaminados.
En este sentido, el trabajo concluye que son 125.000 los menores de 5 años que mueren cada año por enfermedades de transmisión alimentaria, es decir casi un tercio del total de los fallecimientos por esa causa, pese a que los niños de esa edad representan solo el 9 por ciento de la población mundial.
Según indicó el informe, estas enfermedades suelen presentarse en forma de diarrea, que en general se deben a la ingestión de carne y huevos crudos o mal cocidos, verduras y frutas mal lavadas, y productos lácteos, contaminados por norovirus, Campylobacter, Salmonella no tifoídica y Escherichia coli patógena.