Tras el alerta emitido por el Ministerio de Salud de la Provincia por casos de Triquinosis y Síndrome Urémico Hemolítico (SUH), funcionarios de Bromatología de la Municipalidad de San Luis intentaron deslindar responsabilidades y aseguraron que “son estrictos en los controles”. Sin embargo hay datos de la realidad que echan por tierra esa aseveración porque incluso las mismas carnicerías y frigoríficos de San Luis se quejan de las faltas inspecciones pese a los altos costos que deben pagar. Y la venta ambulante de fiambres no está erradicada porque todos los días en puertas de bancos y lugares públicos de gran concentración de gente se puede observar a personas con canastas con quesos y salames
El director de Bromatología de la Municipalidad de San Luis, Horacio Elverdín, y la directora de Salud, María José Domínguez, salieron a dar explicaciones de qué tipo de controles hacen a diario para garantizar la calidad de los alimentos que consumen los puntanos.
La reacción se produce a 24 horas de haberse declarado un alerta por parte del Ministerio de Salud de la Provincia tras conocerse al menos 11 casos de Triquinosis y uno de SUH que a afectó a una nena de tres años y que está internada la Unidad de Terapia Intensiva pediátrica del Hospital San Luis con pronóstico reservado.
Los funcionarios explicaron que los focos o puntos donde se comercializaron los alimentos en mal estado es un mercadito del Barrio La Merced y a un café bar del centro de la ciudad.
“Hemos recibido por parte del Ministerio de Salud un parte por un caso de triquinosis donde un grupo familiar se habría contagiado aquí en la ciudad; nos hemos ocupado inmediatamente con los controles pertinentes, fundamentalmente controles sanitarios y de procedencia de carne. Nosotros hacemos diariamente esos controles con toda la carne que ingresa a la ciudad de San Luis a través de Casilla Sanitaria, donde se controla la documentación y se realizan los análisis”, dijo Elverdín.
Sin embargo desde distintas carnicerías de San Luis se quejan porque esto no es así, o al menos afirman que los controles no son para todos.
Incluso en una de las reuniones que mantuvo el gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, con empresarios de San Luis antes de firmar el acuerdo para evitar despidos por 180 días, el propietario de uno de los frigoríficos más grandes que opera en la capital protestó enérgicamente por las altas tasas que cobra la Intendencia para controles que “no existen” o que “sólo los hacen a algunos y otros permitiendo la comercialización de carnes y chacinados sin los cuidados sanitarios correspondientes”.
“Por este caso puntual el Ministerio de Salud nos alertó y hemos llevado a cabo las actuaciones correspondientes. Hemos ido al lugar y hemos corroborado la documentación de introducción y documentación de Senasa que asegura la sanidad de la carne y no hemos encontrado nada sospechoso en los comercios señalados por el parte emitido por el Ministerio”, explicó.
“Respecto a que existe una versión de que los afectados habrían comprado fiambres a un vendedor ambulante, desde Bromatología a diario controlamos que ese tipo de venta no ocurra y cuando detectamos que eso sucede decomisamos la mercadería de inmediato. Nosotros queremos llevar tranquilidad a la población porque recibimos esta noticia el 7 de julio y desde entonces estamos prestando suma atención a ese tema”, se defendió.
“Igualmente solicitamos a los vecinos que al momento de adquirir estos productos como son salamines o embutidos secos, tengan en cuenta el etiquetado para verificar la procedencia. La población debe tener en cuenta que la venta ambulante de fiambres no está permitida”, sostuvo el Director de Bromatología.