Ponys o llamas en fiestas como las que se viven en estas épocas en localidades como Renca o Villa de la Quebrada forman parte del paisaje pagano que proponen este tipo de reuniones.
Se ve como algo normal que una persona esté parada en una esquina con estos animalitos atados para que la gente se saque fotos, suba en sus lomos a los niños, como una gran aventura y se lleven el recuerdo.
Los pobres animales están sedientos, con hambre y pasan por las narices de la policía y autoridades institucionales de la Provincia que deberían conocer las leyes de protección de animales.
Pero la ignorancia es más fuerte…!
Que alguien ponga fin a la fotito con un pony o una llama.