La presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió que la palabra “sea la que prime en nuestra sociedad” en lugar de la violencia, al abrir en el predio de Tecnópolis, en la provincia de Buenos Aires, el “Encuentro Federal de la Palabra”.
En ese marco, la mandataria aseguró que “es curioso que los que nos acusaron que por el discurso generábamos actitudes reprochables, emprendan a golpes para tratar de solucionar problemas que no son de hoy”.
Por el contrario, expresó que se trata de problemas que “serán de ayer, de hoy y de mañana, porque algunos hacen a la naturaleza humana y otras a los sistemas de exclusión, por eso también este es el encuentro de la palabra”.
Cristina brindó un discurso por cadena nacional luego de una serie de videoconferencias con Salta, Berazategui y Capital Federal y también de un breve acto que dio inicio formal al Encuentro Federal de la Palabra, que se extenderá hasta el 20 de abril en el predio de Tecnópolis.
Allí también puso el énfasis en la palabra “en tiempos en que algunos quieren que volvamos a la barbarie”, por lo que llamó a mantener “racionalidad”.
“La palabra tiene que ver con las diferencias” resaltó Cristina, y destacó la necesidad de que los argentinos “empecemos a reflejarnos porque si bien somos diversos, al final somos uno solo”.
Asimismo, Cristina afirmó que “la palabra tiene que ver con la forma de comunicarnos” y sostuvo que “somos una sola Argentina, todos tirando para el mismo lado”.
Luego, contó que al recorrer los stands, observó uno con “una inmensa creatividad” en el que estaba el “ring de las palabras, en lugar de guantes de puños”.
Por ello, la jefa de Estado insistió en que “la palabra incluye” y en que hay que “lograr la participación de todos”.
En otro orden, dijo que quería “pedirle a todos los argentinos que no nos quieran convencer de que todo está mal y que todo es horrible”.
“Saben que nos falta -puntualizó-; que haya más argentinos no solamente que puedan tener la suerte de poder ir a un buen restaurante, sino que tengan la suerte de tener una casa, escuela, educación, para eso todavía tenemos que seguir trabajando”.
“Las palabras pueden ser de crítica, de enojo, ácidas, filosas -aseveró- pero nunca pueden ser de odio y violencia; esas son las palabras que nos hacen convertirnos en algo que nos distingue del reino animal, poder hablar, aunque algunos no parezcan”.
Reafirmó en ese sentido que “lo que nos distingue es que podemos pensar, razonar y hablar” por lo que reclamó que “no perdamos por favor esos rasgos tan distintivos de la humanidad aún cuando tengamos que enfrentar dificultades”.
Sobre el final de su discurso, Cristina contó que se comunicó telefónicamente con Susana Trimarco, madre de Marita Verón, en cuyo juicio los acusados de su secuestro finalmente fueron condenados.
“Me comuniqué con ella, estaba feliz, si puede estar feliz alguien que busca a su hija y no la ha podido escontrar”, señaló.
“Estoy feliz Presidenta, me dijo; ahora empieza otra etapa de trabajo, de seguir ayudando a los que necesitan ayuda, de seguir buscando a mi hija”, relató la Presidenta.
En esa línea, Cristina explicó que “ese es el ejemplo de que lo feo, irreparable, puede convertirse en algo bello”.
Por último, la jefa de Estado pidió: “No nos dejemos robar la alegría y la certeza de que con todas las diferencias vivimos en un país mucho mejor del que teníamo en 2003”.