Luego de 54 años de distanciamiento, la bandera de Cuba volvió a ondear en su sede diplomática de Washington, en un histórico acto en el que se pidió levantar el embargo comercial sobre la isla, vigente desde hace medio siglo
El gobierno cubano reabrió su embajada en Washington tras 54 años de distanciamiento entre los dos países, con un evento que contó con más de 500 invitados y otros cientos más que se acercaron a la sede diplomática para ser testigos del histórico izado de la bandera cubana, acto en el que se pidió levantar el embargo comercial sobre la isla, vigente desde hace medio siglo.
A las 10.30 horas (11.30 en Argentina), mientras los invitados aún esperaban amontonados a un costado de la embajada para poder ingresar, todas las miradas comenzaron a apuntar hacia el mástil apostado en el jardin delantero que en silencio empezó a mostrar la estrella y las bandas azules y blancas de la bandera cubana.
Momentos después, con el himno cubano de fondo y ante la presencia del canciller de la isla, Bruno Rodríguez, la insignia flameó en la punta del mástil seguido de los aplausos de los invitados y los gritos del público que desde la calle de en frente gritaba: “Viva Cuba. Viva Fidel”.
“Con el restablecimiento de las relaciones culmina hoy una primera etapa y se abre paso al complejo y largo proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales, es grande el desafío”, señaló el diplomático cubano.
“Sólo la eliminación del bloqueo económico que tanto daño ha hecho a nuestro pueblo, la devolución de tierras en Guantánamo y el respeto a la soberanía de Cuba darán sentido al hecho histórico que estamos viviendo hoy”, precisó.
“Respeto al presidente de los Estados Unidos por su llamado al Congreso de los EEUU de levantar el embargo”, agregó Rodríguez, quien ratificó “la voluntad de Cuba para avanzar en la mejora de las relaciones, pero sin menoscabo en nuestra independencia”.
Entre los que llegaron hasta la avenida 16 -famosa por desembocar a pocos kilómetros más en la Casa Blanca- y aguardaron varias horas tras las barandas custodiadas por un considerable operativo de seguridad, estaba Eloy Hernández, un cubano de 88 años que hace 36 abandonó su Cuba natal para instalarse en la capital americana.
“Vine a ver los beneficios que va a tener nuestro país, al que ahora siento que puedo ayudar”, comentó a Télam el hombre sentado en una pequeña silla, con su sombrero caribeño, bastón y guayabera, de cuyo bolsillo asomaba el pasaporte azul emitido por el Estado cubano.
Si bien siempre tuvo la oportunidad de viajar a la isla para ver a sus hijos y nietos, ahora espera que ellos también lo puedan visitar, por primera vez en las casi cuatro década que lleva en Estados Unidos.
Por detrás, cientos de medios de todas partes del mundo intentaban captar la imagen de la gran casona blanca donde desde hoy funciona la embajada y que durante las últimas cinco décadas fue la sección de interés cubana.
También llegaron manifestantes que participaban de la reanudación de las relaciones anunciada por ambos países el 17 de diciembre, con carteles de “Los pueblos de mundo celebramos la apertura de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos”, “A Cuba con amor” y otros que pedían por los “derechos humanos para los cubanos” o por el levantamiento del embargo comercial a La Habana.
Todos se manifestaron con tranquilidad mientras dentro de la embajada el canciller Rodríguez recibía a los invitados entre los que estuvieron la secretaria de Estado Adjunta para la región, Roberta Jacobson, diplomáticos y una gran cantidad de empresarios estadounidenses.
“Este acto fue posible por la libre e inquebrantable voluntad, la unidad, el sacrificio, la heroica insistencia de nuestro pueblo y por la fuerza cubana”, señaló Rodríguez previo a la reunión que tendrá esta con su par en Washington, John Kerry.
“Con el restablecimiento de las relaciones culmina hoy una primera etapa y se abre paso al complejo y largo proceso hacia la normalización de las relaciones bilaterales, es grande el desafío”, agregó el canciller.
Si bien desde que fue anunciada la reanudación de las relaciones ambos países fueron concediendo puntos claves para sus gobiernos, la agenda de trabajo incluye temas sensibles a tratar como el levantamiento del embargo comercial a Cuba y la situación de los derechos humanos en la isla, uno de los puntos principales para los Estados Unidos.
Asuntos estos que se estiman tratarán esta tarde los cancilleres en lo que será una visita histórica de un ministro de Relaciones Exteriores al Departamento de Estado.
Más allá del largo proceso que aún queda, “esto es una gran victoria para la democracia. Es una victoria para los cubanos, para los estadounidenses”, señaló a Télam Phillys Bennis, del Instituto para Estudios de Política con sede en Washington.
“Es un momento increíble en el que Cuba va a ser tratado como cualquier otro país. Viendo la bandera de cuba flamear, es una gran victoria para la democracia”, concluyó la representante de una de las organizaciones que fue invitada a formar parte, 54 años después, de un día de unión entre los dos países.
Por su parte, el gobierno estadounidense, oficializó el restablecimiento de las relaciones diplomáticas a través de un corto comunicado donde indicó que la sección de interés se convirtió “oficialmente en la Embajada de Estados Unidos en La Habana” y confirmó que el secretario Kerry viajará el 14 de agosto para llevar adelante el izado de su propia bandera en el edifico ubicado sobre el afamado Malecón.