Desesperación internacional para evitar una masacre en un campo de refugiados palestinos

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La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa por sus siglas en inglés) manifestó su severa preocupación por la falta de acceso humanitario a los civiles atrapados en Yarmuk, que, según su portavoz, Chris Gunness, «está en las profundidades del infierno»


 

«No debemos permitir que descienda aún más», agregó el funcionario, para quien «la comunidad internacional no debe convertirse en testigo silencioso» de lo que ayer el secretario general de la ONU, Ban Ki moon, advirtió que «podrí­a ser una masacre».

Por su parte, la Unión Europea (UE), advirtió hoy que «la seguridad y la situación humanitaria de los refugiados en el campo de Yarmuk ha ido de mal en peor. Personas inocentes son utilizadas como escudos humanos por las partes enfrentadas».

«La crisis siria ha llevado a demasiado sufrimiento. Una nueva masacre debe ser evitada», recalcaron en un comunicado conjunto la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, y el comisario europeo de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis, Christos Stylianides, en lí­nea con lo expresado ayer por Ban.

Desde que el 1º de abril los yihadistas del Estado Islámico (EI) entraron a sangre y fuego al campamento de refugiados palestinos de Yarmuk, Siria, se profundizó en el lugar la crisis humanitaria que padece desde el estallido de la revuelta contra el gobierno sirio en 2011.

La Comisión Europea (CE) ya destinó financiación inmediata de emergencia por valor de 2,5 millones de euros a las operaciones de la Unrwa en Siria, con una atención especí­fica a Armuk, Idlib, Dera’a y Alepo, indicaron Mogherini y Stylianides.

Desde que fue tomado por los yihadistas del EI, al campo no ingresó ningún tipo de ayuda humanitaria  El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) -que no puede entrar en el campo desde octubre de 2014, cuando distribuyó equipos médicos y para purificar agua en colaboración con la Media Luna Roja árabe y Palestina- hizo ayer un llamamiento para que se pueda acceder de inmediato a Yarmuk y ayudar a los civiles atrapados.

Para dimensionar la crisis humanitaria que padecen los entre 12 mil y 14 mil refugiados que aún quedan en Yarmuk -entre cuatro mil y seis mil ya huyeron- basta decir que sólo queda funcionando un solo centro sanitario, el Hospital Palestina.

Ese hospital, además de encontrarse abarrotado, trabaja en una situación muy precaria con sólo dos médicos y unos 70 heridos graves.

Una portavoz de la Liga Palestina para los Derechos Humanos reveló que junto a esos facultativos hay personal paramédico, compuesto por voluntarios, que no recibieron formación y que han ido aprendiendo sobre la marcha.

«El hospital sigue abierto, pero a él no llegan suministros de medicinas», lamentó la portavoz, que está en contacto con activistas fuera y dentro del campamento, aunque es casi imposible contactar con el interior porque fallan las telecomunicaciones.

«Debido a la falta de medicamentos hay una tasa alta de amputaciones», indicó la activista, quien agregó que el otro hospital que habí­a en el campo, el centro sanitario de Basel, está destruido desde hace tiempo.

Las miles de personas que están atrapadas en la zona se enfrentan a una «espada de doble filo», en palabras del secretario general de la ONU, con los yihadistas de EI y otros grupos dentro del campo y las fuerzas del Gobierno sirio fuera.

Al menos 47 personas murieron desde el inicio del ataque del EI el pasado 1º de abril contra Yarmuk, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), cuya sede se encuentra en Londres.

Respecto a los enfrentamientos internos, la posición de la Organización para la Liberación Palestina (OLP) aparece cuanto menos difusa y con un giro radical entre ayer y hoy.

En la víspera, un grupo de 14 facciones palestinas que integran la OLP anunció que apoyaba una operación militar conjunta del gobierno sirio para expulsar al EI de Yarmuk.

El anuncio fue realizado en la capital siria luego de una reunión de los lí­deres de esas 14 facciones y un dí­a después de que el gobierno del paí­s árabe advirtiera que consideraba necesaria una «solución militar» para la crisis en el campo de refugiados.

El acuerdo alcanzado en Damasco dejaba la puerta abierta a una posible ofensiva contra Yarmuk, que si bien podrí­a ser efectiva para expulsar al EI, también podrí­a agravar aún más la severa crisis humanitaria.

Sin embargo, tras la advertencia lanzada ayer mismo por Ban Ki moon para evitar una ofensiva militar, la OLP exhortó a que se adopten nuevas medidas para impedir el derramamiento de sangre, más destrucción y desplazamiento de palestinos en Yarmuk.

«Llamamos a echar mano a nuevas medidas para impedir el derramamiento de sangre de nuestro pueblo e impedir más destrucción y el desplazamiento de palestinos del campo de refugiados de Yarmuk», reza un comunicado difundido por la OLP.

Desde el inicio del conflicto sirio, el campo de refugiados, que se encuentra a sólo cinco kilómetros de Damasco, sufrió los bombardeos de la aviación siria, cuya consecuencia se refleja en la gran destrucción y la cantidad de personas que dejaron el lugar.

Considerado el mayor campo de refugiados palestinos del mundo, ocupa una superficie de 2,1 kilómetros cuadrados, cuenta con mezquitas, escuelas y edificios públicos y es administrado por el Ministerio Asuntos Sociales sirio, aunque los servicios de salud y educación son brindados por la Unrwa.

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