Al menos 33 personas murieron, entre ellas 29 milicianos talibanes, y otras 18 resultaron heridas en dos incidentes violentos en el sudeste de Afganistán, informaron funcionarios de seguridad.
Un grupo de milicianos atacó este sábado un puesto de control de la policía local en la provincia de Ghazni, en el segundo ataque talibán en menos de 24 horas, después de que un grupo asaltó ayer la sede de una organización ligada a la ONU en la capital Kabul.
“Entre 30 y 40 insurgentes talibanes atacaron un puesto de control de la policía en el distrito de Gilan y comenzaron a disparar”, informó el vicegobernador Mohamed Ali Ahmadi.
“Efectivos adicionales fueron enviados inmediatamente al área y los talibanes se retiraron después de cuatro horas y media de combates con la policía, el Ejército y las fuerzas internacionales”, reveló Ahmadi a la agencia de noticias DPA, precisando que 21 insurgentes murieron y 17 resultaron heridos.
También murieron el comandante de la policía local, identificado como Sakhidad, y un soldado de la OTAN, probablemente estadounidense, está entre los heridos.
El viernes, ocho combatientes talibanes murieron al detonar los explosivos que intentaban colocar dentro de una mezquita en el distrito de Andar, informó Sediq Sediqqi, portavoz del Ministerio del Interior.
“El suceso también mató a tres civiles e hirió a otros cuatro”, explicó Sediqqi al a prensa, acusando a los milicianos de utilizar las mezquitas como “puestos militares” y de “esconder explosivos dentro”.
También, otras ocho personas, entre ellas cinco extremistas, murieron en un ataque que duró diez horas en la Organización Internacional para la Migración (IOM). Cuatro guardias nepaleses, cuatro extranjeros, dos policías y dos civiles resultaron heridos.