Francisco reclamó alternativas pacíficas para abordar el conflicto. Además solicitó iniciativas contra el hambre y que aseguren viviendas dignas, empleo y asistencia sanitaria.
En una carta remitida al presidente ruso y anfitrión del cónclave, Vladimir Putin, el sumo pontífice realizó un “llamamiento apremiante” en el que subrayó la necesidad de superar sus “posiciones opuestas” para avanzar hacia “una solución pacífica a través del diálogo y la negociación”.
Los conflictos armados -recordó el pontífice a los líderes mundiales- muestran hoy “imágenes de miseria, hambre, enfermedad y muerte”, tan lejos de la paz sin la cual -enfatizó- “no hay forma de desarrollo económico”, según citó la agencia de noticias Europa Press.
En la carta, Francisco hizo hincapié en que la economía mundial solo se desarrollará si permite una vida digna a todos los seres humanos, “desde el más mayor hasta el niño no nacido” y no sólo a los ciudadanos de los estados miembros del G20 sino también de cada habitante de la Tierra.
Este involucramiento del máximo líder católico mundial se produce en momentos en que en los Estados Unidos y Francia, cuyos gobiernos son los principales impulsores de una intervención militar contra el gobierno de Bashar Al Assad, la efervescencia política alrededor del tema crece a pasos agigantados.
Mientras en Washington la Casa Blanca suma apoyos en el Congreso y los tiempos para conseguir la luz verde parlamentaria al ataque a Siria se aceleran rápidamente, el gobierno francés -único aliado importante que le quedaba al gobierno estadounidense-, enfrenta una dura oposición dentro de su propio Parlamento.
También en Estados Unidos y haciéndose eco del llamado papal de hoy, la Conferencia de Obispos Católicos (USCCB) pidió hoy “una solución política y no militar” al conflicto.
A través de su presidente, el cardenal arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, y el obispo de Iowa, Richard E. Pates, presidente del comité sobre asuntos de paz y justicia internacional, la USCCB instó al Congreso a “trabajar para poner fin a la violencia en Siria con una solución política”.
Días atrás, sumado a sus periódicos llamados a la paz y la carta enviada hoy a los líderes del G20, Francisco convocó además a una jornada de ayuno y penitencia por la Paz en Siria, que se realizará el próximo sábado 7 de septiembre y será presidida por el Ponífice.
En ese marco, 71 de los 75 embajadores que componen el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede acudieron hoy a una reunión en la Secretaría de Estado del Vaticano, donde fueron informados sobre la postura ante la crisis de Siria y sobre la próxima jornada de ayuno.
El portavoz vaticano, el padre Federico Lombardi, explicó a los participantes que el Papa Francisco participará en toda la vigilia en la Plaza de San Pedro que contempla el rezo del rosario, la adoración eucarística y una meditación del pontífice.
Francisco se reunió en el Vaticano con el máximo responsable de la Iglesia Ortodoxa Siria, Moran Baselios Marthoma Paulose II, en el marco de sus encuentros con distintas iglesias que están convocadas a participar de la jornada del sábado.
Ayer, diversos credos se sumaron a la jornada de oración, entre ellos los cristianos árabes de los países del Magreb quienes exhortaron a participar en ella a sus fieles, según escribió en un mensaje desde Argelia el obispo de Laghouat Ghardaia, Claude Rault.
En tanto, el pedido del Papa también fue bienvenido por muchos musulmanes, a quienes sorprendió el llamado al ayuno, gesto propio de las tradiciones islámicas.
Días atrás, el Gran Muftí de Siria, Ahmad Badreddin Hassou, expresó que le gustaría estar presente en la Plaza San Pedro para participar en la oración e invitó a “todos los musulmanes” a unirse al rezo.
También los musulmanes libaneses se mostraron agradecidos con la convocatoria papal y expresaron su “esperanza de que el llamado pueda detener la crisis en Siria y en el Líbano”, según manifestó el intelectual sunnita Ridwan Al Sayyid, quien aseguró que muchos fieles musulmanes se sumarán a la iniciativa.
En tanto, el arzobispo maronita de Damasco, Samir Nassar, señaló que “todos los obispos y fieles cristianos en Damasco acogen el llamado a ayunar y rezar por la paz en Siria”.