Los farmacéuticos aseguran que el precio de los medicamentos siguió el ritmo inflacionario y en lo que va de 2021 aumentaron en promedio un 38%, pero aclaran: Los productos más vendidos registraron subas de más del 60%.
Los datos fueron aportados por el Observatorio de Salud de la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), que releva los valores de 15.000 productos todos los meses.
De todas maneras, ese porcentaje es un promedio de muchos ítems y no refleja lo que subieron los medicamentos más vendidos en las farmacias, muchos de los cuales treparon, en lo que va del año, más del 60%.
El diario Infobae publica esta mañana un informe donde describe que 15 de los artículos más comercializados en el país tuvieron un incremento promedio del 45% entre enero y octubre, con subas del 22,82% en el caso del Tafirol 1 g de 24 unidades (hoy vale $369,45), y otras del 62,41% como es la Levotiroxina GSK 100 mcg por 50 comprimidos, que actualmente cuesta $1.410,99.
En la lista de los que más subieron, también se encuentran el T4 Montpellier 100; el Actron 600 Rápida Acción cápsula blanda por 10 y por 20 comprimidos; el Clonagin 0.5 por 30 pastillas; y el Corbis de 2,5 mg por 30 comprimidos, entre otros.
Los farmacéuticos reconocen estos incrementos por encima de la inflación, pero advierten que en muchos casos el consumidor tiene, para la misma droga, gran cantidad de opciones para elegir, con diferencias importantes de precios. Además, “muchos de estos productos se venden en el PAMI y los precios son 45% más bajos”, advirtió el presidente del Colegio Farmacéutico de Córdoba y secretario de COFA, Germán Daniele. Y agregó: “El año pasado, los precios del PAMI se actualizaron 12% y este año se actualizan al 0,8% de la inflación. Y estamos hablando del 40% del mercado y del 50% de la facturación de las farmacias”.
“Las farmacias chicas, que son el 80% de las existentes en todo el país, no tienen mucho margen, por lo que si le congelás el precio y la dejás sometida al contexto inflacionario, termina cerrando” (Germán Daniele)
Sobre un posible congelamiento de precios, Daniele afirmó que los precios los fija la industria farmacéutica y luego, de ahí hacia abajo, se acomodan los márgenes. “Las farmacias chicas, que son el 80% de las existentes en todo el país, no tienen mucho margen, por lo que si le congelás el precio y la dejás sometida al contexto inflacionario, termina cerrando. De hecho, el congelamiento dispuesto por Moreno (Guillermo, el ex secretario de Comercio Interior) fue lo peor que nos pasó como sector”, recordó.
Si bien consideró que “la salud no puede estar sujeta a la ley de la oferta y la demanda” y que “debe existir una custodia del sector para que sea sustentable pero sin excesos ni conductas abusivas”, también remarcó que “no pueden tomarse medidas sin saber cómo funciona el sistema”. “Nos tenemos que sentar en una mesa; vivimos del precio, tenemos que tener la posibilidad de sobrevivir”, sostuvo el dirigente farmacéutico.
Del precio del medicamento, el 60% se lo queda el laboratorio, el 10% las droguerías que distribuyen y el 30% restante, la farmacia. Pero de ese margen, para atender los afiliados de las obras sociales, los comerciantes aportan el 15%. Y sobre eso deben cubrir los costos fijos, por lo que la rentabilidad final ronda entre el 6 y el 7%. A esta ecuación, se le suma el hecho de que las farmacias siempre pagan con mucho menos plazo del que cobran, por lo que tienen un alto costo financiero, según explicó Daniele.
También se refirieron a esta posible medida la Asociación de Propietarios de Farmacias de la República Argentina (ASOFAR), la Cámara Argentina de Farmacias (CAF), la Cámara de Farmacias Bonaerenses (CAFABO) y la Cámara de Farmacias de la zona Sur de la provincia de Buenos Aires (CAFASUR), al remarcar que “la historia económica argentina demuestra que ante un congelamiento de los precios de los medicamentos, las farmacias y los farmacéuticos son los sectores más perjudicados, por la pérdida implícita del valor económico de sus ingresos sumado a la incidencia adicional de padecer simultáneamente un proceso inflacionario sostenido que representa un impuesto para toda la actividad”.
“Una eventual regulación que afecte la libre determinación del precio de los medicamentos resquebrajará la cadena de financiamiento farmacéutica, deteriorando aún más la ya debilitada ecuación económica de las farmacias y de sus abastecedores minoristas y mayoristas”, agregaron las entidades.
Fuente Infobae