El gobernador Alberto Rodríguez Saá, empieza a sumar a su gabinete “militancia y gestión” y ya convocó para designarlos como ministros a María Angélica Torrontegui, Graciela Corvalán y Sergio Freixes y cada uno de ellos asumirá en áreas muy sensibles.
Torrontegui se hace cargo de Desarrollo Social; Corvalán de Salud y Freixes en Medio Ambiente, Campo y Producción.
Es un movimiento de piezas casi de manual. María Angélica es una dirigente no sólo leal sino que reúne dos condiciones para acción social que son elementales: cintura política y capacidad de gestión. A esta altura de su vida política no necesita demostrar su pertenencia.
Corvalán va a un Ministerio que necesita efectividad y poder de decisión porque el sistema de salud pública tiene muchos planes que se quedan en las buenas intenciones. Requiere de una reorganización porque están los médicos suficientes y recomendados por la Organización Mundial de la Salud y hay infraestructura, falta gestionar bien. Graciela tiene capacidad para eso, es una buena administradora. Capaz, a diferencia de Torrontegui, no se mueve con habilidad en la arena política, es más bien técnica.
Freixes no tiene condiciones técnicas o de conocimiento profesional para conducir una cartera tan específica como Medio Ambiente, Campo y Producción. Pero sí tiene una gran capacidad política y se mueve con mucha independencia. No pide “permiso” y es el único que pudo mostrar buenos resultados electorales.
Ese Ministerio tiene una larga lista de planes en marcha y otros que no arrancan como los proyectos de procesar leche en San Luis para comercializar ese alimento a precios muy bajos y el plan de carnes, que a esta altura ya no necesita de tantas teorías y explicaciones sino de alguien que pegue dos golpes en el escritorio y las cosas se hagan. Freixes tiene ese perfil.
Los tres – y capaz se sumen otros – jurarían hoy, aunque no se informó la hora.
Yamila Fernández