El puntano que anda de a pie sabe que en la ciudad de San Luis tiene un gran desafío por delante: caminar por las veredas porque no sólo la mayoría de ellas están en mal estado sino además invadidas en varios puntos de la capital por autos u otros vehículos.
Sólo algunas veredas del microcentro están en medianas condiciones, el resto se encuentran bastante deterioradas porque tienen baldosas flojas o rotas provocando a diario accidentes y caídas, algunas con llegando a lesiones graves, como quebraduras.
El otro drama es la ocupación de las aceras con vehículos que obligan al peatón a bajar a la calle porque no pueden pasar.
Este fenómeno negativo se observa en puntos de ventas de automotores, enfrente a garajes y en empresas como María del Rosario ubicada en la avenida Córdoba que usa vereda y calle como parte de su playón y estacionamiento de colectivos.
Las personas que caminan por ese sector al llegar al ingreso a esa firma deben ingeniárselas para poder pasar.
Es un punto de gran riesgo porque bajan autos a gran velocidad por esa avenida y en horarios de ingreso escolar hay mucho paso de niños.