Una mujer, vecina del Barrio 9 de Julio dela ciudad de San Luis, denunció que fue golpeada, maniatada y violada por un sujeto cuando se dirigía a la canera municipal, donde trabaja como personal de maestranza desde hace más de 20 años.
La denuncia policial fue radicada en la Comisaría Cuarta de la ciudad de San Luis el 22 de noviembre, a la 9:25 y recién tomó estado público ayer.
La víctima dijo que iba en su bicicleta alrededor de las 6:30 de la mañana del 22 de noviembre camino a la canera municipal en la zona del Parque Industria Norte, por la bicisenda que pasa por detrás del barrio V Centenario, al llegar a un pasaje de tierra en sentido norte-sur se encontró con quien sería, minutos después, su violador.
“Era un varón, a cara descubierta, con una gorra de color negra, de contextura delgada, de aproximadamente 1,65 de altura, que vestía una remera manga corta rayada, joggin color negro, y que al verme pasar me dice “Buen día Señora” e inmediatamente la empuja de la bici hasta hacerme caer y empezó a golpearme con los puños en el rostro”, describió la trabajadora.
“Quedate quieta, quédate callada, no me mires” le gritaba a la vez que la arrastró hasta un canal que se encuentra en ese lugar y empezó a arrancarle la ropa. Con un cordón que la mujer llevaba en su bolso y que utiliza en su trabajo con los animales, el delincuente la ató. Y abusó sexualmente.
“Me gritaba que no lo mirara y me ponía una mochila en la cara; a las tiras de la mochila me las ponía en el cuello para que no gritara” explica y agrega: “Le dije que me dejara respirar, que estaba embarazada”, y me respondió “cállate, son mentiras, y si volvés a hablar te pego una puñalada”. Luego siguió golpeándola con su rostro contra el piso mientras abusaba sexualmente.
El delincuente fingió estar acompañado, simulando un diálogo telefónico con otra persona. “Callate que estoy hablando con mi jefe y si hablás te pego una puñalada” decía… “Acá está, la tenés lista”, repetía.
Finalmente le tapó los ojos con la remera y le ató con la soga la mano izquierda a un pie, dejándola desnuda. El delincuente le robó su celular y 160 pesos que la mujer tenía en el bolso.
La mujer pudo zafar de la atadura, se vistió como pudo y corrió a pedir auxilio a los gritos. Cuando vio que su bicicleta estaba tirada a metros del lugar, se subió y empezó a pedalear hasta que encontró a gente a quien le contó que le habían robado y abusado.
“Este chico me dijo que no podía ayudarme debido a que estaba esperando a su señora y a su hijo, que iba corriendo por la bicisenda”.
Desesperada por ayuda la mujer llegó hasta la Avenida V Centenario en donde se encontró con un vecino y un efectivo policial, quienes llamaron a una ambulancia para su asistencia médica.