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Un grupo de motoqueros chilenos, unidos en la agrupación “Revolución 2050”, emprendió por primera vez una travesía en dos ruedas y unieron Renca (Chile) con Renca (San Luis – Argentina), unos 800 kilómetros.
La misión del grupo era dejar marcada una línea imaginaria entre estas dos históricas poblaciones: Renca en Chile con Renca en San Luis, que vale la aclaración no son homónimas por accidente, sino que están unidas espiritualmente por el “Milagroso Señor de Renca.
Los organizadores del viaje aseguraron que “quedamos impactados con la Renca puntana, su historia y sus paisajes. Esto no queda acá, sino que nos comprometemos a volver con más gente, con más chilenos para que conozcan este gran pueblo”.
Ese mensaje le transmitieron al responsable de la Casa Cultural de Renca “Gobernador Santos Ortíz”, Miguel Bianchi, quien los guió en un recorrido por los puntos icónicos de la comunidad, como ese histórico edificio y el Santuario del Cristo.
Unidos por una historia de fe
La creencia popular y los testimonios que se fueron transmitiendo de generación en generación indican que aproximadamente en 1636 en Chile, hachando un espinillo, un hombre ciego sentía como si lloviera y esa lluvia le mojaba los ojos; él continuaba con su actividad y la lluvia le cubría el rostro mientras que una suave luz comenzaba a brillar tímidamente en sus pupilas y fue así que el ciego, empezó a ver.
Divisó a un santo en el tronco y al acercarse distinguió a un Cristo Doliente. Corrió a contar la noticia y la gente decidió llevarlo a otro lado, para eso cortaron el leño, pero cada noche para admiración de todos, el “Señor” volvía y al amanecer lo encontraban en el tronco, como la primera vez. El pueblo entendió que ese Cristo Doliente deseaba quedarse.
Como había sido encontrado un 3 de mayo empezaron a celebrar esa fecha porque los milagros se sucedían uno tras otro. Se lo colocó en una capilla para resguardarlo. En 1719 se incendió la misma, quemándose el Cristo Doliente, pero, utilizando lo que quedaba del madero, se hicieron distintas réplicas; una de ellas llegó al Valle del Conlara traída por los Jesuitas, se supone que entre 1730 y 1732.
La primera capilla de Renca, San Luis fue edificada en 1732 y ahí se la colocó, pero como los Ranqueles llegaban en sus famosos malones a saquear, sacaron al Cristo Doliente y lo escondieron en alguna capilla del norte .
Cuenta la creencia popular que iban a llevarlo para el lado de Córdoba, pero los animales de carga no querían moverse y no hubo forma de convencerlos de avanzar, razón por la cual lo dejaron en el lugar que en la actualidad lleva su nombre. Luego de 21 años, se fundó el pueblo en 1753.
Así cuenta la leyenda, pero haya sido cual haya sido su historia, en la actualidad, miles de fieles llegan de los distintos puntos cardinales para agradecerle o para pedirle sus milagros. Claro que hoy, 3 de mayo 2020, cada uno de sus promesantes aguarda desde su hogar, el mayor de los milagros: el bienestar del mundo superando esta pandemia.
Con información de José Mario Costamagna