Villa Mercedes soñó y se merecía tener su propia universidad nacional. Es una gran ciudad, una de las más importantes de la región. Es una urbe, como se dice, con vida propia. Y después de muchos años de controversias y peleas políticas, se logró el cometido: tiene su Universidad Nacional, pero no logra despegarse de su propia génesis, de cómo nació, o sea de escándalos y polémicas.
Lamentablemente desde su creación fue “botín de guerra” política y ahora, en año electoral, las cosas se potenciaron.
Al frente de esa institución está David Rivarola en carácter de “rector normalizador”, una figura que se supone es puente o vehículo para que esa casa de altos estudios adquiera esa jerarquía y sea gobernada por sus propios claustros, como lo señaló hace 101 años en Córdoba esa revolución magnifica que derivó en la reforma universitaria de 1918. Acaso la más importante de América, la que marcó el prestigio de las universidades argentinas.
Pero Rivarola, de mediocre antecedentes académicos y larga historia militante política, se sentó arriba de 100 años de historia y decidió a beneficio propio un rumbo institucional personal para la Universidad Nacional de Villa Mercedes: reformó el estatuto y creó atajos normativos de manera que el único que podrá electo es él.
Ese estatuto fue aprobado por el Ministerio de Educación de la Nación y publicado en el Boletín oficial del 8 de marzo.
Las reformas de Rivarola establecen la eliminación del claustro de Graduados del sistema de gobierno a los no docentes de los Consejos de escuela, entre otros.
La maniobra de Rivarola es resistida, rechazada y repudiada no sólo por la comunidad universitaria nacional sino por todos los sectores sociales y políticos de San Luis (menos el macrismo).
Hoy hubo una marcha masiva en Villa Mercedes de la que participaron la Federación Universitaria, Centros de Estudiantes, CGT Regional Villa Mercedes, con los gremios que la integran; CTA Autónoma y de los Trabajadores; gremios docentes con representación en la UNViMe y también no docentes, y la Asociación de Graduados.
Allí reclamaron por esta decisión arbitraria de Rivarola y pidieron la derogación inmediata de ese estatuto que calificaron de autoritario y arbitrario.