Madrid (España) (AICA): El arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, participó el viernes 3 de marzo en el Foro Nueva Economía, donde pronunció una conferencia en la que afirmó que son imprescindibles un padre y una madre para que exista vida humana, y negar uno de ellos es negar la verdad.
Comentando el Sínodo de la Familia de 2015, en el que participó, el purpurado español expresó que cree “en la familia. La vida humana tiene que tener siempre para que surja en este mundo dos partes: padre y madre. Y sin ellas no existe vida humana. Negar una de las partes es negar la verdad”.
“Todo hombre nace de padre y madre y sin ellos no se puede llegar a ser persona”, dijo el cardenal madrileño, y explicó que “matrimonio y familia derivan de la misma dignidad del hombre, de una decisión libre de la voluntad, de un amor personal con el que los esposos se hacen una sola carne, un solo corazón y una sola alma”.
La familia -afirmó- “es el lugar idóneo para la generación y la educación de los hijos por eso en su misma esencia está orientado hacia la fecundidad. A la cultura de la vida”.
“Padre y madre son dos palabras sagradas para el ser humano, que tienen un significado único: promover la cultura de la vida. Diluir o negar padre o madre es un ataque a la esencia de la vida misma”, aseguró.
El cardenal Osoro se refirió también al tema de la educación, para lo cual la Iglesia está colaborando con vistas a la próxima reforma que planea el gobierno, uno de cuyos puntos principales en relación con la Iglesia es asegurar la asignatura de Religión como materia obligatoria para los colegios y de libre elección para los padres de los alumnos, y añadió que se trata de un pacto “por encima de intereses partidistas” que es “urgente” conseguir.
“Para la seguridad del pueblo, de los padres, educadores y alumnos se necesita evitar la politización del derecho a la libertad de educación. Porque las leyes no pueden estar condicionadas por los intereses de los partidos”, declaró.
En ese sentido, el Purpurado preguntó quién educa a los niños el Estado o la familia, y señaló que “depende de lo que respondamos crearemos dictaduras o libertades”.
El arzobispo de Madrid también insistió en que las únicas “líneas rojas”, es decir, cuestiones no negociables, que debe tener este pacto educativo “son los derechos humanos”, porque “hay un derecho humano que está reconocido a poder practicar la religión y a hacerlo públicamente”, y que elegir la educación de los hijos “es un derecho de los padres, no de ningún político de turno”.