Soy mujer, madre, secretaria de la Mujer del SATSAID de San Luis y periodista. Hoy no fui a la marcha que se organizó en San Luis tal como ocurrió en todo el país.
Preferí sumarme a la jornada de lucha para poner fin a los femicidios y a la violencia de género difundiendo las actividades y replicando mensajes que ayudan a construir y a tomar decisiones en positivo para frenar este doloroso flagelo.
Lo que hicieron hoy los grupos feministas que se movilizaron en San Luis de pintar y encender fuego en las puertas de la Iglesia Catedral no suma, resta. La violencia que expresaron sólo trae más violencia. ¿Eran necesarias las pintadas y las palabras fuera de lugar?
El Poder Judicial también fue blanco de ataques de la misma naturaleza.
Los hechos caben ser calificados de vandálicos y le quitan legitimidad al reclamo justo de la sociedad que exige medidas concretas para erradicar la violencia contra las mujeres.
Este grupo de feministas actuó desde un extremo, y espantan a las personas – hombres y mujeres- que con buenas intenciones quieren sumarse al reclamo de #NiUnaMenos.
Aclaro: No estoy en contra de los grupos de feministas, respeto y valoro mucha de las luchas conquistadas gracias al tesón que le ponen. Pero no las acompaño cuando cruzan la raya y se pasan del lado de los violentos.
En la marcha terminaron confluyendo otros intereses y odios, como por ejemplo a la Iglesia.
Por eso la violencia sigue ganando. Por eso el grito de Ni Una Menos no se escucha y cada día es una más, muerta.
Por eso no fui a la marcha, desde mi lugar daré lo que se debe dar para sumar positivamente en pos de encontrar un camino que nos lleve a poner a fin a la violencia contras las mujeres.
Yamila Fernández