Parece sacado de un cuento de realismo mágico, pero no. Es la cruda realidad: más de la mitad de los altos mandos del gobierno anterior están procesados y muchos de ellos ya están purgando cárcel.
Todos los procesados lo están por sospechas de corrupción. Ellos en defensa alegan ser perseguidos políticos y denuncian maniobras para proscribirlos. Los jueces y fiscales, tiran sobre la mesa pruebas, que aseguran incriminan a los acusados. Pero en honor a la verdad muchas de esas evidencias caen en saco vacío.
Entre los sospechados está el ex vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, excarcelado hace algunos días en las causas que en las que figura como imputado: enriquecimiento ilícito y su supuesta vinculación con la compra de Ciccone Calcográfica.
Su detención fue escandalosa. Lo fotografiaron en piyamas y pantuflas con las esposas puestas. La imagen dio la vuelta al mundo y recibió un fuerte rechazo social y político. Primero porque no era necesario tamaño escarnio y segundo esa detención no era estrictamente necesaria ya que Boudou siempre estuvo a derecho. O sea podía seguir procesado, sin ser aprisionado.
Todo ese zafarrancho policial – judicial lo ubican hoy al ex vicepresidente en un papel más de víctima que de procesado.
Como fuere, dio la cara. Y hoy el periodista Mauro Viale lo entrevistó en vivo en América. Habló de todo, especialmente de sus días tras las rejas y valoró el papel que juegan los familiares que deben ir a visitarlos a la cárcel. “No están ni sospechados ni nada y deben pasar por ese momento”.
En esa nota, más allá de las anécdotas como presidiario, lo que realmente importó fueron sus definiciones como ex presidente: Habló de una demonización de todo el gobierno kirchnerista; del fracaso al que va camino la gestión de Macri; de Cristina como líder opositora y hasta se animó a lanzar una advertencia: la corrupción en el sector público, para concretarse necesita de la otra pata: el sector privado, los empresarios.
Apuntó directamente a la obra pública y dejó entrever que los negocios sucios existieron desde hace décadas, pero se quejó que no se mire a los empresarios de la construcción.
Boudou se emocionó en varios pasajes de la nota, en especial cuando se acordó de sus padres y el fin de año preso.
También dijo que “vive con dificultades” y que “la gente me deja pañales en la puerta de mi casa”.
El ex vicepresidente aseguró este domingo que vive con dificultades económicas y en un departamento ubicado en el barrio de Barracas que es prestado por un amigo. “Nos tuvimos que mudar con mi mujer porque la situación iba a ser más difícil en términos económicos”, explicó.
Boudou aseguró que el Gobierno propicia “una demonización de las principales figuras” de la gestión kirchnerista a la que él perteneció. Además, afirmó que existe una “banalización” de las principales políticas que se pusieron en marcha, y criticó la “violencia verbal” ejercida sobre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El ex vicepresidente afirmó además que para la gestión que conduce el Presidente Macri “hay argentinos que merecen derechos, y otros que no lo merecen”, y por eso se les quitan derechos, como por ejemplo, las jubilaciones.
En otro tramo de la entrevista, Boudou se refirió a la ex presidenta, Cristina Kirchner, y la calificó como “valiente”. Aseguró que “la violencia verbal contra la ex presidenta” se debía precisamente porque era “valiente” y “mujer”. Agregó que, en materia política, la ex mandataria “es la que más votos tiene de la oposición”.
Sobre su detención en el Penal de Ezeiza, el ex vicepresidente consideró que se hizo para “la foto” y responsabilizó al juez instructor (Ariel Lijo) porque “lo instruyó” o porque “lo dejó suceder”, en referencia a las fotos y video que le tomaron el día de su detención y por la que existe una investigación en curso. “La detención fue hecha para hacer esa foto, porque no había razón para la detención, siempre estuve a derecho”, subrayó Boudou.
Yamila Fernández
Fuente: Infobae – Telam