Los chicos, los más pequeños del hogar fueron los primeros en amoldarse y comprender todas las restricciones necesarias para prevenir contagios de coronavirus. Los niños son un ejemplo: respetan los distanciamientos, piden lavarse las manos, se bancaron más de dos meses encerrados, saben mejor que nadie sobre el uso de tapabocas. Extrañan la escuela, pero tienen clara la medida para cuidarlos y hasta dan lecciones de cómo proceder en caso de síntomas.
Estuvieron y están a la altura de las circunstancias. Por eso se merecen un mimo, y Carolina Vincenti y Laura Estrugo, se lo dieron este fin de semana con sus personajes de Felipa y Pepina, que subieron al escenario del anfiteatro del Hotel Serrano de El Volcán para interpretar la obra “Donde Vuelan los Pájaros”.
Fue emocionante para todos. Artistas, niños y niñas y también los adultos. Los equipos técnicos, organizadores. Todos tenían en sus rostros sólo expresiones de felicidad. Y no era para menos porque fue el debut, al menos para esta parte de la geografía puntana, de una nueva manera de disfrutar espectáculos: desde el auto, con distanciamiento y sin poner ni ponerse en riesgo sanitario.
Es como dicen, “la nueva normalidad” a la que de apoco todos deberán acomodarse.
“Para nosotros fue movilizante”, repiten las artistas, que brindaron un espectáculo muy cuidado en todos los detalles y con una invitación constante al “público bajito” para que participaran con bocinas y saludos desde dentro de los vehículos.
“Donde vuelan los pájaros”, es una de las obras infantiles puntanas que más éxito tuvo en los últimos años. Y fue correcto elegirla para el retorno a las tablas del teatro para niños.
Este sábado y domingo se realizaron cuatro funciones. Todas con buen marco de público (autos) y bajo un estricto cuidado y respeto de los protocolos vigentes.
Los organizadores no dejaron escapar ningún detalle. Que se repita.