Cinemacenter San Luis tiene en cartel desde la semana pasada Bohemian Rhapsody, un biopic de Freddie Mercury y Queen y que en sus primeros días de proyección ya es un éxito de taquilla.
No podía esperarse otro resultado porque esta película está a la medida de un gran artista, un genio como Freddie Mercury, quien junto Roger Taylor, Brian May y John Deacon dieron vuelo a Queen, la banda británica que aún vive intacta en el mundo del arte.
El rodaje viene en agenda desde una década. Hubo muchas idas y vueltas, en especial por los planteos de May y Taylor, custodios de la memoria de Mercury y de su legado.
La crítica especializada afirma que se trata de un guion sólido con un protagonista como Rami Malek que logró meterse en la piel de la estrella.
“Creo que Bohemian Rhapsody es mejor de lo esperado, a priori constituyendo un relato un tanto dulcificado pero respetuoso con la vida y personalidad del genial Freddie Mercury. Por supuesto, el film arrastra muchos de los defectos de este tipo de producciones. Se altera alegre e injustificadamente la cronología en varias ocasiones (se sitúa Fat Bottomed Girls antes en el tiempo que Bohemian Rhapsody, aparece Paul Prender desde un principio cuando en realidad no entró en el organigrama de Queen hasta algún tiempo después y Mercury luce su look 80´s bigotudo durante la grabación de We Will Rock You en 1977 pese a que no adoptaría dicha imagen hasta años después), se pasan por alto aspectos importantes como la relación del grupo con el productor Roy Thomas Baker (su importantísima contribución al sonido del grupo es vergonzosamente ignorada) y se reduce en ocasiones al tópico la complejidad del carácter de Freddie”, destacó el crítico, Jaime Taboada.
“Pero tal como apunto en el inicio del párrafo anterior, también hay una serie de virtudes que hacen de justo contrapeso frente a los defectos. La primera es la caracterización de los miembros del grupo, sobre todo en las secuencias que recreaban los directos de la banda. Malek se mete en la piel del carismático y excesivo frontman superando la prueba con nota. El resto de miembros no se quedan atrás, destacando especialmente el extraordinario trabajo realizado con el personaje de Brian May. Por momentos parece que estemos ante el May real salido de algún tipo de túnel del tiempo. El parecido que se ha logrado por parte del actor Gwilym Lee es asombroso. Y no sólo es positiva la caracterización del reparto, sino que el montaje de las secuencias de los directos está muy conseguido y logra transmitir la sensación de que estamos viendo a Queen sobre un escenario”, agregó el especialista.
“Y el acierto más importante de Bohemian Rhapsody está en su estructura. Se puede dividir fácilmente en tres partes; auge, caída y redención. Hábilmente, Singer evitó llenar el metraje de música (lógicamente la hay, pero no se abusa de ello), para mostrarnos en el tramo final de la película una logradísima recreación del concierto de Queen en el Live Aid de Londres en 1985 a modo de emocionante clímax. Y conscientemente utilizo el calificativo de emocionante porque desde la butaca realmente se viven esos quince minutos como si realmente tuviéramos a la banda en todo su esplendor delante nuestro, y a Freddie desplegando todo su carisma y liderazgo. Algo nada fácil de alcanzar pero que, apoyándose en un fabuloso Rami Malek, se logra trasmitir”, comentó.
La película finaliza precisamente en ese momento, no extendiéndose más en la carrera del grupo ni explotando los últimos días del cantante, lo cual es otro detalle de agradecer.
“No creo que nadie vaya a descubrir nada que no se supiera ya. Y desde luego si alguien quiere profundizar en la trayectoria de Queen en general y Mercury en particular será mejor que recurra a otras fuentes (se me ocurre el completo documental de la BBC, Days Of Our Lives). Pero como celebración respetuosa de la música de un grupo único, cuya carrera se labró al margen de todo y de todos, resulta una película tópica pero válida. Si no llega ni de lejos al nivel de genialidad que exhibió en vida el homenajeado es debido a que eso es prácticamente imposible. Pero nunca está de más un tributo a la figura del grandioso Freddie. Y si de paso sirve para que las nuevas generaciones descubran la grandeza de su obra, pues todos contentos. Mientras tanto, el cantante nos observará con su burlona sonrisa desde el más allá, diciéndonos con un guiño Thank You, Darling”, concluye Taboada.