El “caso Ochoa”, como ya empieza a titularse, mantiene en vilo a toda la comunidad de Cortaderas y a la región del Comechingones, porque a casi 72 horas de la desaparición de Alejandro Ochoa no sólo nada se sabe de él, sino que además no hay una sola hipótesis firme que permita establecer una línea investigativa.
La última noticia que se tiene de Ochoa fue el sábado 27 de marzo a la tarde. Supuestamente el último en verlo fue un amigo o allegado, quien asegura haber visto cuando dos personas encapuchadas lo golpearon y secuestraron.
Pero la versión con el correr de las horas, y tras largas horas de declaración de ese hombre en calidad de testigo, pierde consistencia.
No obstante, ayer el comisario General Dionisio Funes, dijo a los medios de comunicación que esa persona, considerado el principal testigo, “está colaborando con la causa” y afirmó que aún no hay detenidos por la desaparición de Ochoa.
Este alto jefe de la fuerza de seguridad puntana, dijo que hay abocadas a las tareas de búsqueda 130 personas.
En la faz judicial, la jueza Penal de la Tercera Circunscripción, Patricia Besso, ordenó, entre otras medidas, peritar al teléfono celular de la víctima, secuestrado durante una inspección en la casa donde vive Ochoa.
La localidad de Cortaderas y zonas aledañas están movilizadas por este caso y hasta cortaron la ruta provincial para reclamar “la aparición con vida” de Ochoa. También exigen a las autoridades que informen sobre la causa y qué “hipótesis manejan”. Por ahora no hay respuestas a ninguno de esos planteos.
Foto gentileza El Corredor Noticias