Las protestas contra el aumento del transporte, la corrupción, los gastos de la Copa Confederaciones, y la violencia policial, llevaron este lunes más de 300 mil brasileños indignados a las calles de São Paulo, Brasilia, Río de Janeiro, Curitiba y Belo Horizonte.
Hubo enfrentamientos entre manifestantes y la policía en Río de Janeiro y en Belo Horizonte. En Brasilia, un grupo de jóvenes invadió la rampa del Congreso Nacional.
En São Paulo, donde el pasado jueves, los manifestantes fueron atacados por la policía con bombas lacrimógenas y balas de goma, las protestas ocuparon pacíficamente las principales arterias de la zona sur y central de la ciudad, en dirección a la avenida Paulista y a la sede del Palacio del Gobierno del estado de São Paulo, cantando el himno nacional.
“Ven a la calle”, llamaban los manifestantes a quienes estaban en las oficinas de la avenida Faria Lima, uno de los centros financieros de la ciudad. Banderas de partidos políticos eran rechazadas por los manifestantes. No se veían manifestaciones como estas en Brasil desde 1992, cuando las protestas derribaron el entonces presidente Fernanco Collor de Mello.
“Las manifestaciones pacíficas de jóvenes son legítimas y propias de la democracia”, declaró la presidenta Dilma Rousseff, a través de su portavoz, Helena Chagas. A través de si cuenta twitter, horas antes de la marcha, el gobernador de São Paulo, Geraldo Alckmin informó que garantizaría el derecho de manifestación “de forma segura y pacífica, preservando la libertad de expresión”.
Un mar de gente marchó en São Paulo con banderas brasileñas y pancartas desde las 5pm locales a partir del Largo de la Batata, un punto de comercio popular vecino a la calle Faria Lima, uno de los principales centros financieros de la ciudad, y desde allí se dirigieron a diferentes puntos de la ciudad, entre ellos, el puente colgante de la vía expresa Marginal Pinheiros, que es una de las imágenes postales de la ciudad.
Y conforme la noche avanzaba más gente tomaba las calles, gritando consignas, la mayoría de ellas contra Alckmin y la presidente Rousseff. A las 22:00 hora local, los manifestantes tomaron completamente la avenida Paulista, la misma que el pasado jueves fue el escenario de una acción abusiva de represión. A diferencia del jueves, cuando la policía se plantó sobre la Paulista, para que nadie entrase en la calle, que es la más emblemática de la ciudad, la policía ahora sólo acompañaba la marcha tímidamente.