¿Cómo se organiza una fiesta clandestina?, le preguntó Punto Aparte a un alto funcionario de la fuerza de seguridad puntana. La respuesta del uniformado no vaciló: por las redes sociales, en especial por WhatsApp donde se van reenviando las invitaciones y a veces el número de asistentes, incluso, supera las expectativas de los propios organizadores.
Ayer el jefe de la Policía de San Luis, Comisario General Darío Neira, en declaraciones que formuló a la periodista, Carmen González, en Radio FM Digital, aportó además como dato que cuando detectan una fiesta o juntada en zonas rurales y comienza el operativo para desarticularla e iniciar los sumarios penales por las infracciones a las medidas sanitarias, muchos de los participantes huyen al campo y ahí surge un nuevo problema: Se pierden, porque no conocen esas zonas y los efectivos deben iniciar la búsqueda.
«Las fiestas clandestinas le hacen mucho mal a la sociedad, en la última fiesta clandestina (de ruta 3) debimos buscarlos por el medio de un campo, porque huyen y ni siquiera conocen el lugar, preservamos su vida y la de los demás evitando la propagación del virus”, le dijo la máxima autoridad policial a Carmen González.
“Agradecemos a la sociedad sus llamados para alertarnos cuando hay una fiesta o alguien que esté incumpliendo las medidas preventivas y a todos los efectivos por estar todo el día en la calle. Están expuestos al virus y también lo sufren», remató.