Fue inaugurado hace seis meses en un emblemático espacio, la vieja fábrica de cerámica, que se había convertido en un «aguantadero» de delincuentes. Su construcción pretende ser un espacio para la práctica de deportes, recreación y juegos para los más pequeños. Nadie cuida o controla el uso de esa predio
En ese predio funcionaba una fábrica de cerámica, que estuvo abandonada por 20 años y la edificación se convirtió con el tiempo en una guarida de mal vivientes que había logrado tornar a toda la zona en un foco permanente de hechos delictivos.
El gobierno provincial, con buen tino, y tras un allanamiento que terminó con decenas de detenidos, decidió demoler esa construcción y levantar allí un espacio recreativo, al que después bautizaron como «Parque Provincial La Cerámica».
Se equipó con juegos especiales para niños pequeños, cancha de fútbol, basquet, bicisendas, y lugares especiales para la prácticas de otro tipo de juegos.
Su habilitación cambió la fisonomía del oeste de la ciudad. Y les dio a los vecinos un espacio para recrearse. Sin embargo no lo valoran, no lo están cuidando.
A simple vista se observa el daño provocado a los juegos infantiles y los vidrios de los sanitarios. Da la sensación que nadie cuida por parte del Estado estas instalaciones.
A cualquier hora el parque es blanco de bandas de adolescentes que se apoderan del predio y hacen destrozos. Basta mirar la fotografía cómo un grupo de adolescentes «jugaba» con una calesita y obviamente la destruyeron.