Los cajeros automáticos y frentes de los bancos Nación y Supervielle de la ciudad de San Luis estuvieron esta mañana hasta pasado el mediodía, atestados de personas, en su mayoría jubilados y empleados públicos provinciales, que, pese a la cuarentena, salieron masivamente a las calles para cobrar sus haberes.
Fue una desobediencia e irresponsabilidad en medio de una pandemia que está matando gente en todo el mundo.
Las colas eran interminables, no se respetó el mínimo de distancia para evitar contagios ni las condiciones mínimas de higiene.
Lo que ocurrió es un gravísimo riesgo sanitario. Las autoridades tomaron nota de esta barbaridad.
En medio del desbande, la Policía detuvo al más de 50 personas que lisa y llanamente violaron la cuarentena.