Se busca instalar, especialmente en las redes sociales, que la enorme campaña proselitista que ha encarado el candidato a senador nacional, Adolfo Rodríguez Saá, es porque “está desesperado” y “tiene miedo” de su adversario Claudio Poggi.
Como dice el título de esta editorial: “Error”. Una derrota electoral no está en el manual ni de Alberto ni de Adolfo Rodríguez Saá. Tampoco un triunfo ajustado, buscan una victoria aplastante, que sea como les gusta decir a los dos en público “histórica”.
A Adolfo no le queda rincón de la Provincia por donde pasar. Y en todos tiene una carta para poner sobre la mesa: Esa ruta lo hicimos nosotros; esas casas las hicimos nosotros, esa escuela la hicimos nosotros, ese dique lo hicimos nosotros, ese acueducto lo hicimos nosotros. Y nadie puede retrucarle nada, el punto es para él.
Probablemente Adolfo no se imaginaba a esta edad tener que salir a reivindicar lo hecho, pero las circunstancias lo pusieron en esa situación.
Hay una danza de encuestas dando vueltas, algunas manejadas desde el Ministerio del Interior que hablan de cierta de paridad. Esas mediciones fueron tomadas entre las cuatro avenidas de San Luis y en pleno centro de Villa Mercedes. No son una foto real.
Es verdad que el espacio del principal oponente en esta contienda electoral, el frente Avanzar y Cambiemos por San Luis está haciendo una campaña más silenciosa aunque muy intensa en las redes y en el “puerta a puerta”. Y ellos están confiados en dar un batacazo y se amparan en la ayuda presidencial.
Pero les es difícil dar batalla contra las realizaciones. La gente espera hechos, no promesas. Y Adolfo les está mostrando los ladrillos puestos uno sobre otro y casi no queda hombre o mujer de San Luis que no haya estrechado sus manos con él. Que el recambio es necesario, es posible, pero debe aparecer un espacio superador.
Yamila Fernández