Según la medición del Instituto de Estadística de los Trabajadores (IET) de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y el Centro para la Concertación y el Desarrollo (CCD), la inflación de los asalariados registrados en el primer mes de 2023 fue del 5,5%. La suba “fue impulsada por productos estacionales como turismo, frutas y verduras, acelerándose en 0,2 puntos porcentuales respecto a los registros de diciembre. De este modo, alcanzó el 98% en los últimos doce meses, máxima marca desde 1991”.
Para el director general del CCD y exministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, “la suba de precios de enero muestra que la inercia de la inflación no se va a detener sin acuerdos firmes y concretos entre todos los actores sociales y económicos. En los últimos meses, con la llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía, hemos visto un ordenamiento de prioridades y de estructuras en torno del objetivo de estabilizar la economía que aún es insuficiente. Es importante continuar avanzando por un camino que debe tener como norte la recuperación de la capacidad de compra del salario, tanto de los trabajadores registrados a partir de la paritaria, como de los trabajadores informales”.
El documento advierte que “la inflación de enero estuvo motorizada por recreación y cultura, que subió 12%. Incidieron allí las alzas en paquetes turísticos y hotelería producto de la temporada alta estival. Le siguió con 11,8% Comunicaciones, por alzas en servicios de telefonía. Los Alimentos subieron por debajo del nivel general, con 4,3%. Una baja circunstancial en panes y cereales amortiguó la suba del índice sectorial, que estuvo traccionado por productos estacionales como frutas (+9,8%) y verduras (+7,5%). Por octavo mes seguido, las carnes volvieron a subir por debajo del promedio (3,2%), aunque se avizoran subas en precios en góndola en el corto plazo”.
En tanto, en el IET observaron que “Indumentaria y calzado (+2,6%) y Educación (+1%) estuvieron entre los rubros de menores subas del mes. Vale tener en cuenta que marzo suele ser el mes en donde se concentran las subas de Educación”.
El coordinador general del IET, el economista Fabián Amico, explicó que “existe un consenso respecto de que el bajo crecimiento del precio de la carne vacuna en los últimos meses de 2022 fue un factor relevante en la relativa desinflación que se logró en noviembre y diciembre. Todo indica que en los meses que siguen el precio de la carne tendrá un ajuste creciente, poniendo bajo presión la subdivisión de alimentos del índice de precios del INDEC. Si a esto se agrega los potenciales aumentos de los precios de servicios públicos y el comportamiento altamente volátil de los precios de bienes estacionales (como frutas y verduras) las perspectivas respecto de la inflación para febrero son, como mínimo, muy inciertas”.
Por otro lado, del análisis que hacen los especialistas surge que “el empleo formal en el sector privado continúa creciendo (lleva 23 meses seguidos al alza), aunque con cierta desaceleración dado que el nivel de actividad permanece estancado desde agosto. El salario real, por su parte, creció 1,1% mensual en noviembre respecto a octubre, que había sido el nivel más bajo de la última década. No obstante, contra el inicio de la crisis cambiaria de 2018 permanece 12% por debajo. También cae en la comparación interanual (-2,1%)”.
El informe concluye con un balance de lo ocurrido con el empleo y el salario real entre 2019 y 2022 para 56 sectores de actividad. “En 33 sectores (el 59%) el empleo está por encima de 2019, lo que muestra el buen desempeño en materia de generación de puestos de trabajo privados. En contraste, solo 14 sectores (el 25%) tuvieron salarios reales más altos en 2022 que en 2019”.
“Dentro de los sectores con crecimiento en ambas variables destacan software, servicios de I+D, la industria química, textil y la minería. En contraste, entre los sectores con bajas en ambos indicadores sobresalen cuero y calzado, servicios inmobiliarios y edición de libros y publicaciones”, detalla el documento.