Soy periodista y asumo que el periodismo no es una verdad absoluta, menos aún dueño de ella. No estamos parados o paradas en ningún limbo intocable donde ni siquiera la Justicia pueda alcanzarnos para juzgar nuestros actos.
Deshecho esa idea de que somos el cuarto poder. Nada más dañino para este noble oficio que creerse semejante atributo.
Tampoco creo en las defensas corporativas a ciegas. Pienso al periodismo, después de casi 30 años de ejercerlo, con humildad y en el convencimiento que la libertad para expresarme no es sinónimo de inmunidad o lo que es peor de impunidad.
Con ese cristal veo mi realidad. Por eso sentí la necesidad de expresarme tras reflexionar sobre la audiencia que se concretó ayer en la Justicia de San Luis donde el periodista Diego Masci se sentó frente una jueza de Sentencia para defenderse de la denuncia por violación a la intimidad presentada por la ex ministra de Educación y actual secretaria de Medio Ambiente y Parques de la Provincia, Natalia Spinuzza.
Pregunté a fuentes judiciales sobre el caso. Y llegué a la conclusión de que en ningún tramo o parte del expediente hay el más mínimo ataque a la libertad de expresión o libertad de prensa. De hecho, el video publicado que dio origen a la causa penal, aún está publicado en la web propiedad de Diego zbol.com.ar
No es un proceso contra la libertad de prensa y menos aún de expresión. Spinuzza se sintió agraviada, violentada en su intimidad y presentó una denuncia judicial, que derivó en una investigación cuyo fallo se conocerá el 13 de agosto próximo.
El veredicto será el resultado de un proceso por supuesto delito de violación de la intimidad, previsto en el artículo 155 del Código Penal “… al que, hallándose en posesión de una correspondencia, una comunicación electrónica, un pliego cerrado, un despacho telegráfico, telefónico o de otra naturaleza, no destinados a la publicidad, los hiciere publicar indebidamente, si el hecho causare o pudiere causar perjuicios a terceros”.
El próximo jueves habrá sentencia. La jueza Laura Molino dará su veredicto y las conclusiones de la investigación.
Es real el conflicto entre el derecho a la información y el derecho a la intimidad. Pero esa discusión desaparece cuando se develan los intereses que movilizaron la publicación. En este caso, tuvo una evidente intención política, por quien lo publica, jefe de Prensa del ex candidato a gobernador y senador nacional Claudio Poggi, hoy opositor del gobierno provincial.
Si esos espacios políticos no hubieran entrado en escena, hubiera sido para los periodistas un buen momento para un debate enriquecedor. Pero ver dirigentes políticos que cargaron como algo personal la cuestión, aleja que esa posibilidad se haga con imparcialidad.
Yamila Fernández
Periodista