Escribía la nota o crónica de la marcha que se realizó esta tarde en la ciudad de San Luis para reclamar la aparición de Guadalupe Lucero y ensayaba algunos títulos posibles. Escribí y borré al menos 10, no encontraba una síntesis que resumiera la publicación. Después de varios intentos creo haber encontrado uno exacto: ¿Dónde está…?
Los signos de interrogantes son la mejor síntesis de lo que ahora llaman el “caso Guadalupe”. Todo es duda y preguntas. La única certeza es que Guadalupe no está, no aparece y lo peor, los investigadores se sumergen cada día en una bruma más espesa, sin un faro que los ponga camino a la niña de 5 años.
Están literalmente desconcertados, sin una pista o móvil que permita responder la pregunta ¿Dónde está Guadalupe? Y a esa pregunta le siguen decenas, todas sin respuestas.
Los números de su búsqueda son impresionantes. Hasta hoy hubo 411 allanamientos y 1.221 rastrillajes en campos, baldíos, diques y ríos. Desde el inicio del caso se tomaron 577 declaraciones y se procesaron más de 160 denuncias o llamados anónimos que llegaron a los números 911 y 134.
Una imponente movilización judicial y policial, que no llegó a buen puerto hasta ahora, porque la pregunta ¿Dónde está Guadalupe? No tiene respuesta. Y los días pasan.
Hoy hubo una marcha por las calles céntricas de la capital puntana para reclamar la aparición con vida de la pequeña Guada, quien fue vista por última vez hace exactamente dos meses en el Barrio 544 Viviendas.
En la movilización estuvo la mamá de Guadalupe, Yamila Cialone. Sus lágrimas y ese rostro abatido conmovieron. Nadie puede ponerse en sus zapatos, no encuentran a su hija y la pregunta sin respuesta, a veces, nos despierta sensaciones pesimistas, o de menos esperanza, pero esto no debería implicar bajar los brazos.
A Guadalupe debemos buscarla y encontrarla!
Yamila Fernández