El dólar «blue» tocó este viernes la barrera psicológica de los 10 pesos para cerrar a 9,88, otra marca histórica que significó un alza de 25 centavos y alcanzó una brecha del 91,1% con el valor oficial, en una jornada cargada de nerviosismo y fuerte crecimiento de la demanda.
Al mediodía, el billete que venden «cuevas» y arbolitos del microcentro llegó a cotizar a valores de entre 9,98 y hasta 10 pesos, y recién al final perdió algo de terreno, para quedar unos centavos por debajo del denominado «dólar-Messi». En el mercado oficial, donde la operatoria es casi nula, la moneda se mantuvo a 5,15 pesos para la compra y 5,20 para la venta.
Con este nuevo escalón alcista, quien adquirió dólares a principios de año ya obtuvo una rentabilidad del 45 por ciento en el mercado paralelo, el mejor negocio del año.
El interés por la moneda extranjera también alcanzó al euro, que en el circuito oficial cotizó a 6,96 pesos, pero en el paralelo se lo consigue a 12,50 pesos.
En la plaza local, los operadores coincidieron en que hubo más gente interesada en adquirir dólares, por la preocupación generalizada de una devaluación y la falta de un horizonte claro en materia cambiaria.
En simultáneo con ese mayor interés, los arbolitos y «cuevas» tuvieron dificultades para obtener dólares y se notó una clara disminución en la oferta de billetes.
El público interesado no solamente estuvo compuesto por pequeños ahorristas, sino también por grandes inversores dispuestos a pagar precios altísimos para cambiar sus pesos por la moneda americana.
La tendencia alcista también alcanzó al denominado «contado con liquidación», usado para sacar dólares del país a través de la compra de títulos públicos emitidos en esa moneda, que trepó hasta 9,44 pesos, con un alza de 16 centavos.
«Desde 2003, el tipo de cambio no ha sufrido problemas», dijo sin embargo el vicepresidente y ex ministro de Economía, Amado Boudou, y calificó al mercado paralelo como «especulativo y marginal».
A mitad de mañana, ante la fuerte disparada del billete, circularon rumores de una «cumbre económica» en Casa de Gobierno, convocada por la presidenta Cristina Kirchner.
La intención de mucha gente es la de «dolarizar» sus acreencias y tan así es que ya se retiraron unos 120 millones de dólares de cajeros en el exterior, a través de tarjetas de crédito y bajo la modalidad de adelanto de efectivo.