A las 18 de ayer, los restos del pequeño llegaron al aeropuerto Internacional Resistencia a bordo del avión ambulancia de la provincia del Chaco y de inmediato fue trasladado a la vecina orilla a una sala velatoria de la avenida Independencia, donde se realizó un velatorio de características privadas y familiar.
A las 20, se realizó en la Catedral correntina una misa en memoria de Renzo convocada a través de las redes sociales con total respeto a los deseos de los padres de mantener la despedida en el entorno familiar.
Los restos de Renzo serán inhumados esta mañana en el cementerio Parque del Recuerdo, aunque no se comunicó oficialmente la hora del oficio.
No aguantó
Escenas de profundo dolor se vivieron ayer por la tarde en esta capital a la llegada de los restos del pequeño Renzo el pequeño ?león correntino? que se encontraba internado en el Hospital Garrahan luego de recibir un trasplante de corazón.
Su estado ya era casi irreversible desde los últimos días, y su familia había advertido que esperaba ?sólo un milagro?. El niño que unió en la solidaridad a las dos provincias falleció ayer a las 10:05. Tenía una miocardiopatía congénita y había sido operado hace dos meses.
La adaptación del órgano fue lenta y en las últimas semanas había tenido otros problemas de salud. Renzo luchó con hidalguía y coraje, pero no pudo, su maltratado cuerpito dijo basta ayer viernes, 2 de Agosto, a dos meses de haber sido trasplantado.
Tras agonizar poco más de una semana, después de un segundo paro cardíaco que sufrió en la madrugada del 23 de Julio, el pequeño de 2 años y 11 meses había recibido un trasplante de corazón a principios de Junio. Además del compromiso cardiovascular, por la ?disfunción ventricular? corroborada mediante un cateterismo, Renzo presentaba un compromiso neurológico que tornó imposible su recuperación.
En el medio, el pequeño pasó por todo. Desde su miocardio no compactado (MNC), la enfermedad congénita que le fue diagnosticada en la octava semana de gestación, hasta el corazón artificial Berlin Heart al que debió ser conectado en Octubre del año pasado, cuando el suyo -gravemente enfermo- dijo basta.
Luego, en Noviembre, un infarto cerebral comprometió aún más su situación y en Marzo de este año un tromboembolismo pulmonar agudizó sus problemas respiratorios. Sin embargo, el pequeño dio pelea y se sobrepuso a los dos incidentes.
Parecía que podría arrebatarle la partida al destino cuando en la tarde del sábado 1 de Junio se conoció la noticia de que había aparecido el corazón que tanto necesitaba. Fueron casi 18 horas de cirugía con el país entero dentro del quirófano monitoreando los delicados movimientos del bisturí.
Del quirófano, Renzo salió conectado al ECMO, el circuito venoarterial al que debió permanecer conectado otros diez días agitando entre los médicos que lo trataban la posibilidad de un rechazo al corazón trasplantado. Esos mismos fantasmas reaparecieron en la madrugada fatídica del martes 20 de Junio cuando sufrió su primer paro cardiorespioratorio. Todo volvió a fojas cero. Renzo nuevamente entubado y con medidas de soporte vital.
El ?leoncito? continuó, sin embargo, peleándola y, poco a poco, comenzó a recuperarse. ?El es un luchador y con cada avance que tiene nos da una gran lección de vida?, escribió su papá, Haroldo Antonelli, por esos días en su cuenta de Facebook refiriéndose al espíritu de lucha de su hijo.
Pero llegó ese segundo paro -otra vez de madrugada, otra vez un martes- y la suerte quedó echada. Las cadenas de oración se multiplicaron por todo el territorio nacional, esperando por un milagro que no pudo ser.