Desde hace más de 300 años, todos los 3 de Mayo, se celebra la fiesta del Divino Señor de Renca, una de las más tradicionales y convocantes reuniones religiosas de la Argentina.
La intendenta de Renca, Romina Peralta, resaltó este dato y recordó que tras dos años de ausencia de fieles por la pandemia de coronavirus, hoy vuelven miles de peregrinos a los pies del Santo Espinillo con la imagen de Cristo.
Renca es “Tierra de Milagros” y de forma masiva los fieles van a rogar y agradecer. Vienen desde toda la Provincia, de distintas provincias y también de países vecinos.
La misa central será celebrada por el Obispo de la Diócesis de San Luis, Monseñor Gabriel Barba y tras ese oficio religioso, se realizará la histórica procesión alrededor de la Plaza Granaderos Puntanos.
Intensas actividades durante todas las jornadas
A la par de las nueve noches de novenas, en Renca se desarrollaron distintas acciones y actividades.
Además, en ese contexto la intendenta, Romina Peralta, en su rol de principal anfitriona recibió visitas de personalidades y autoridades como de la diputada provincial, Beatriz Ochoa, quien el entregó la declaración de interés provincial de la Fiesta del Señor de Renca por parte de la legislatura puntana; de la presidenta de la Cámara de Diputados, Silvia Sosa Araujo; la presidenta de la Sociedad Rural de San Luis, Yeny Yurchag y el diputado nacional por San Luis, Carlos Ponce, entre otros.
También este año volvieron dos eventos muy tradicionales: La Caravana de Fe, que congregó a más de 300 ciclistas que pedalearon desde Villa Mercedes hasta Renca el 1 de mayo y la 20° Cabalgata de la Fe.
La historia
Según cuenta la leyenda, aproximadamente en 1636 en Chile, en el valle de Limache,un indio ciego mientras hachaba un espinillo, sentía como si lloviera y esa lluvia le mojaba los ojos; él continuaba con su actividad y las gotas del árbol le cubrían el rostro mientras que una suave luz comenzaba a brillar tímidamente en sus pupilas y fue así que el ciego, empezó a ver. Al buscar aquello que lo había salpicado, se encontró con un pequeño Cristo tallado en el hueco carcomido del árbol que estaba cortando con su hacha. Como había sido encontrado un 3 de mayo empezaron a celebrar esa fecha porque los milagros se sucedían uno tras otro. Se lo colocó en una capilla para resguardarlo. En 1719 se incendió la misma, quemándose el Cristo Doliente, pero, utilizando lo que quedaba del madero, se hicieron distintas réplicas. La creencia popular dice que una de ellas mientras era trasladada a Córdoba al cruzar el rio Conlara, una de las mulas se hecho y se negó a avanzar lo que fue interpretado como que en el lugar debía erigirse una capilla, que fue levantada en 1732. El pueblo fue fundado en 1753 aunque hay evidencias de que el lugar estaba habitado desde antes
Pero no todo fue color de rosas, En uno de sus terribles malones sufridos por la localidad, los indios llegaron hasta esa villa y después de saquearla, buscaron con afán ese Señor del que tanto se hablaba. Al dar con él, lo sacaron a la plaza, lo lancearon y por fin lo degollaron arrojando sus pedazos en la tierra. Los restos fueron recogidos y restaurados por los pobladores. Durante la invasión de 1834, encabezada por el cacique Yanquetruz, los indios entraron en Renca, siguieron hasta La Carolina, atraídos por la fama de las minas y de su comercio. Los vecinos pusieron a salvo la imagen escondiéndola en Las Lagunas y una vez pasado el peligro el Señor de Renca volvió a su capilla.
Fotos; Carlos Gimenez