Esta mañana un Volkswagen Up y una Moto Honda colisionaron en la esquina de calle Martín de Loyola y Avenida Justo Daract de la ciudad de San Luis.
Ambos rodados eran conducidos por mujeres. El vehículo circulaba por Martín de Loyola de Oeste a Este y la moto de Sur a Norte.
De acuerdo a lo informado desde la Policía a este medio, la peor parte se la llevó la motociclista, miembro de Bomberos de la fuerza de seguridad y que fue traslada a la Clínica Italia para tratar sus lesiones.
Los motivos o la mecánica del choque por ahora están en plena investigación por parte de Accidentología Vial.
Lamentablemente este accidente o incidente se suma a la larga lista diaria de situaciones similares que se vienen registrando en la ciudad de San Luis y son la consecuencia de un cúmulo de factores.
A nadie escapa que el tránsito en la capital puntana es un literal caos. Desde la Municipalidad de San Luis aseguraron estar tomando medidas para corregir este desastre vial, pero parecen insuficientes.
El escenario es complejo: hay semáforos que no están bien sincronizados, otros que no andan; los controles o inspecciones en las calles para verificar las condiciones de vehículos y de sus conductores son flácidas o inexistentes; no hay un “plan inteligente” para que circulen los vehículos.
Respecto a este último punto hay un claro dato de que esa falta de organización para evitar, por ejemplo, embotellamientos, se da en la bajada de Avenida José Santos Ortíz y Ríobamba. Por allí ingresan a la ciudad tanto los que van al centro como quienes van al norte de la capital o a otras zonas cuando para llegar a sectores dentro de las cuatro avenidas tienen otros accesos como el del frente al Shopping o por Ituzaingó; pero no, todos quieren entrar Ríobamba.
En medio de esta casi anomia en materia vehicular están los conductores, que en un alto porcentaje maneja mal, no sólo respecto a las técnicas para conducir sino en cuanto al conocimiento de las normas de tránsito. Una gran mayoría no respeta semáforos, lugares autorizados para estacionar, usan el celular cuando están al volante y pareciera que el habitáculo es un elemento catártico para “descargar” estados de ánimo.
No menos preocupante son las motos, que sienten cierta impunidad y circulan por donde se les ocurre.
Se hace necesario que de manera inmediata se tomen medidas serias y a medida del problema que debe ser resuelto de una vez en la ciudad capital de San Luis.
Punto Aparte